viernes, 11 de mayo de 2012

Excurso


Véase estudio preliminar de Borges a Los héroes de Carlyle

Si no respetan las ideas, es porque no conocen la encarnación de ciertas ideas de Carlyle.
El ser humano debe estar todo el tiempo pensando en las ideas.
Porque es lo primero.
Los actos vienen luego.

El sol todo

Salió el sol y me encandiló su luz en todas partes, en la helada de la mañana, todavía medio graisácea, en el verde de las plantas con sus gotas de agua, en la retina que se había olvidado –poco memoriosa-, de la premisa nazarena de hacerse pequeño, tan pequeño como para pasar por la cicatriz de la aguja. Soy feliz en la introspección y en la naturaleza, eso nada podría cambiarlo. No sirvo para la sociedad. Y en algún rincón del más horrible fondo, es un orgullo. También normal; porque hay mucha más sabiduría en el todo que en el individuo.

El orgullo intelectual, dijo Tardewski, es lo último que se pierde

Si el que escribe no escribe por los demás y para los demás; si el que escribe no puede tener en su escritura el amor; Si no puede tener el amor en la filsofía de su pensamiento ni en la poesía de su literatura; entonces, no es un escritor que valga la pena. No se quejen de que el escritor sea escritor, porque el verdadero escritor da su vida por la humanidad, como Jesús. Por eso la literatura, sea verdadera, mitológica, o religiosa, siempre es una metáfora de la realidad. En realidad, todo el mundo da la vida con lo que hace y con lo que piensa. Y sin cada germen de este hermoso pantano, el escritor no podría pensar. Porque el hecho de que decida pensar, es porque piensa que existe quien entiende. El problema es cuando los oídos son solo ornamentos, dijo Jesús.

Infinita paradoja de la lengua

Si escribiera en un policial sobre un detective en una biblioteca, en el escritorio de un hombre culpable de no haber hecho nada en toda su vida, buscaría en los anaqueles, que los escritores siempre dejan la evidencia ahí.

El principio y el aventurado fin de la novela


Su apellido era Beau, muchos le decían Bo, pero los que no lo conocían, cuando tenían que nombrar su apellido –como en el registro civil-, le decían Beau, y no sabían que era bello, beautifull; Bo, fonéticamente. Argentino. Hijo del hombre. Detective de un escritor. Parecido al detective Dale Cooper. Que sigue y termina esta saga, esta novela. Este relato corto que contiene uno muy largo. Para terminar de leerlo, tienen que remitirse a la serie; trasladarse en el tiempo, o comprar alguna temporada.

Do

Mis dedos están nerviosos. Hay algo que quiere salir de mí. Mis dedos están muy nerviosos, hay algo que quiere salir, y tiemblo, como si fuera a morir, o a explotar. Quizás sea el frío. O quizás sea el vicio. No en el sentido moralista. En el espacio, que está siempre viciado de humo. Ese humo espiritual de peyote en guanacache, con los indios Jarmusch.

Do

La nave. La neige, la nieve. La capa de piel que sostiene aquel espíritu que intenta explotar. La terminación de las uñas. El fondo del cielo, el hielo, la helada. La punta de los dedos que rozan las cosas para seguir clasificando. El texto. La textura del papel de diario. La vida diaria que se consume, como si el tiempo fuera fuego. Las horas como letras, cayendo, en otoño, en el diario, teclas y pantallas como materia, espíritu como espíritu.

el tiempo cuando todos duermen

Por eso llamamos a la verdad sólo hasta donde conocemos, sabiendo, sin embargo, que la verdad, es incognoscible, ¡y qué mejor sería decir que la verdad no existe más que para uno mismo! Y aún así, su existencia es tan mutable como las estaciones.
Si este axioma es considerado, aunque un poco confuso, como cierto, sería una pauta de que no puede existir una verdad que pueda ser compartida. Que sólo existe para uno. La verdad, como idiosincracia, es un abanico inmenso muy personal. Ahora bien, si usted comparte todo lo dicho, estaría abalando una verdad. Pero esa verdad ya es suya, no mía. Por eso, uno nunca puede verse involucrado con una verdad: no hay otro que la conozca puramente, sólo conocerá un esbozo lingüístico, musical o plástico. Y ese esbozo, al ser lo que percibe otro, forma parte del ser de ese otro. 
Pero el mundo está lleno de fariseos (En el sentido que le atribuyó Jesús. Personalmente, no conozco ningún fariseo. Hablo desde una verdad que, por no ser mía, no es verdad, aunque sí posibilidad de verdad en mí, porque al percibir eso, yo soy el hijo del hombre)

el tiempo en que todos durmen

Hay algo mágico en las oscuras horas de la mañana: Que todos duermen. Que no existo más que yo. Si cada uno es el centro de su universo, ¿cómo quieren que el hijo del hombre no sea egocéntrico?, ¿cómo pueden mirar el ego con desprecio?