jueves, 20 de junio de 2013

Miramos la vida a través de los sueños y los sueños a través de una mira. Y el sueño sobresale de nuestro cuerpo y es, tal como pueda ser en el pasado, en el futuro. De hecho, el pasado también se sueña. Ayer caía un granizo debastador. Todos los sueños se deforman hacia ella. Y el presente deja de existir. Uno vive y baila del futuro y del pasado. El presente es un agujero negro donde confluyen. Como la nada. Soñamos que fuimos grandes y que fuimos chicos, y soñamos que seremos grandes o que seremos felices. Por eso los sueños hacia el futuro son la alegría. Porque nadie sueña el futuro siendo pequeño.


domingo, 16 de junio de 2013

Le mot



El duende está gritando en su cabeza, porque no sabe lo que hace. Y no sabe lo que quiere. Va doblando el cosmos, lo tuerce, sin romperlo. Hay una euforia que no deja de llamar y solamente mediante golpes continuos se va alejando. Golpear y golpear con ritmo. Como la música, no con puños. Se duerme, está en el aire. Se encadena y aplasta como la gravedad. Y es grave. Piensa tomar, piensa mover, piensa amar, piensa alejar. O piensa estrujar su cuerpo, moler la piedra, aplastar algo. Como una descarga a tierra, se va escurriendo la fuerza, golpeando las teclas, deshaciéndose del barro, comiendo la manzana. La palabra tiene que salir para ser palabra. Si la palabra no sale, el mar la engulle y las olas quedan secas, como de barro. La realidad es una metáfora de la filosofía; la filosofía: dios.

A la alma de un sabio[i]


El deshielo en el aire, las piernas, los ojos que se cierran, ver la otra vida. Si nos quitáran el aire. Si fueran más de lo que somos. Si se fueran más de los que se fueron. Si no volvieran. Si los olvidáramos por completo. Qué triste sería.
Pero si fuera homogéneo, si tuviéramos la gloria, el éxito. ¿No sería la gloria del desprecio? Una especie de gloria religiosa y sarcástica. También irónica, en tanto hueca, en tanto es lo contrario de lo que dice, porque la alegría de vivir es máxima. Superior, sublime, alta, subliminal, hiperbólica, biológica, desaforada, eufórica, peligrosa, muy peligrosa. El adios al nomos.
En la antigua grecia se encontraron un filólogo y un sofista. Ninguno de los dos abrió la boca. Un filósofo los ungía. Con el báculo de Dionisos bateaba una piedra y la piedra caía en el lago. Se perdían en una larga contemplación de la perfección del arco. En realidad, todos eran amigos de la palabra, no hacía falta hablar.
La llegada de los bárbaros no sólo fue la de los visigodos y demás en el imperio romano. Más todavía lo fue la irrupción de Roma en el judaísmo ya helenizado. El contexto en donde nace el galileo fue una especie de sumum filosófico, aunque atravesado por algo de recelo. El helenismo respetó mucho más el culto judío y se nutrieron. El romano, avasalló y se apoderó. El helenismo se fue desplazando poco a poco. Después, todo siguió empeorando con el cristianismo. Bizancio los reunió a todos. Por suerte quedan Platón y las escrituras, que nos hablan de historia.
La tradición en torno a Jesús es el camino. Hoy, no tiene un solo seguidor.
En tiempos de Herodes Antipas, cuando Séforis era la capital de Galilea, un griego hablaba a un grupo de constructores de esta manera: si nos sacan la posibilidad de hacer estatuas, qué vamos a hacer de los escultores. Llegó un hombre de Nazaret que tenía muchos seguidores y dijo: hasta que no llegue Alub, dios va a seguir teniendo muchas caras.




[i] Martín Fierro, José Hernández (Segunda parte I, 16)

Versículos horarios



Ayer a la noche pude igual leer un poco del Jesús Histórico, de Theissen-Merz. Jesús dice que parecen niños: les dieron jolgorio y se aburrieron, les dieron entierro y no se lamentaron. Porque ahora dicen de Juan: no come ni bebe, y dicen que está endemoniado; y dicen que como y bebo, para decir que soy borracho. Está en Mateo.
En realidad, estoy tratando de recordar un sueño que apenas me levanté recordaba. Y otras cosas como un pensamiento alubiano o una situación de un pasado que no existió.
Había pensado que el padre le dice al niño que no puede dejarlo hacer lo que quiera sino hasta que sea grande. Y que cuando sea grande no va a ser ni padre ni madre el que lo impida sino él mismo. Que la libertad es muy relativa.
Jesús con los herodianos. Jesús con los zebelotas.
¿Qé sería más inspirado o divino? ¿Que hayan sido cuatro, o que uno sólo escribiera los cuatro libros? Lo pienso a raiz de que me gustaría que los prodigios, en vez de uno, sean cuatro. Que algunos pasajes se repiten y otros son propios de uno o dos. Que los cuatro libros parezcan escritos por diferentes escritores, pero con un estilo y una línea (o casi una) de mensaje. Tal como sucede con los evangelios. ¿Hay ideal más alto para un escritor? Los personajes que entonces crea no son los del texto, sino los que escriben el texto.
Ya termino, son las 6: 28




Sócrates

Estoy agostando, como las viñas. Resurgiré en primavera y cada sarmiento dará su fruto, y la gente festejará hasta emborracharse. Si es así, qué hay de malo en que la metáfora esté tan trillada.
Las palabras no sirven al hombre. No contienen el desapego de la realidad que necesita. Qué es lo que necesitamos. Necesitamos olvidar que somos ínfimos, pensar que el final es sublime, creer que la gloria eterna es nuestro destino. Mis palabras no sirven a ese hombre. Pero algún día un hombre se servirá de ellas. La resurrección es inevitable, como lo es todo cuando se ofrece la eternidad.
Ahora mis manos se preocupan de forjar el bendito hierro y mi espíritu reconoce a Vulcano: la chatarra habrá de salvarnos. Algún día, cuando todo parezca perdido en las cómodas corrientes de la vanalidad, lo superficial, el mundo resurgirá de lo que durante años fue considerado chatarra. Entonces, la creación, no el consumo y la especulación, tomará su trono. Recién cuando el hombre retome a Sócrates estará libre de toda verdad colectiva. Recién cuando comprenda como Dostoievski, estará libre de todo prejuicio.
Que será del progreso. El progreso aumentará su fuerza. Qué será del amor. El amor aumentará su fuerza. Qué será de la justicia. La justicia será justicia. Pero ay de los que quieren dominar, y ay de los que imponen, y ay de los prepotentes, porque ellos nunca conocerán la esencia de la creación. Relegados, no encontrarán su lugar en el mundo, como hoy no lo encuentran sus palabras. Ay de los orgullosos y los vanidosos que no dan importancia a la creación sino que se dedican a abusar de ella.
Ay de los predicadores que definen a dios, ay de los que piensan que el que no piensa a dios como lo piensa él es un ignorante, porque el porvenir se burlará de ellos tal como se burla hoy del olimpo o de los mayas o de Odín. ¿Acaso no conocen la condena de Sócrates? La expresión de dios es necesaria y natural al hombre. Lo que nunca debe serlo es la condena o el desprecio del que no lo expresa con las mismas herramientas.