Miramos la vida a través de los sueños y los sueños a
través de una mira. Y el sueño sobresale de nuestro cuerpo y es, tal como pueda
ser en el pasado, en el futuro. De hecho, el pasado también se sueña. Ayer caía
un granizo debastador. Todos los sueños se deforman hacia ella. Y el presente
deja de existir. Uno vive y baila del futuro y del pasado. El presente es un
agujero negro donde confluyen. Como la nada. Soñamos que fuimos grandes y que
fuimos chicos, y soñamos que seremos grandes o que seremos felices. Por eso los
sueños hacia el futuro son la alegría. Porque nadie sueña el futuro siendo
pequeño.
jueves, 20 de junio de 2013
domingo, 16 de junio de 2013
Le mot
El duende está gritando en su cabeza,
porque no sabe lo que hace. Y no sabe lo que quiere. Va doblando el cosmos, lo
tuerce, sin romperlo. Hay una euforia que no deja de llamar y solamente
mediante golpes continuos se va alejando. Golpear y golpear con ritmo. Como la
música, no con puños. Se duerme, está en el aire. Se encadena y aplasta como la
gravedad. Y es grave. Piensa tomar, piensa mover, piensa amar, piensa alejar. O
piensa estrujar su cuerpo, moler la piedra, aplastar algo. Como una descarga a
tierra, se va escurriendo la fuerza, golpeando las teclas, deshaciéndose del
barro, comiendo la manzana. La palabra tiene que salir para ser palabra. Si la
palabra no sale, el mar la engulle y las olas quedan secas, como de barro. La realidad
es una metáfora de la filosofía; la filosofía: dios.
A la alma de un sabio[i]
El deshielo en el aire, las piernas, los ojos que se
cierran, ver la otra vida. Si nos quitáran el aire. Si fueran más de lo que
somos. Si se fueran más de los que se fueron. Si no volvieran. Si los
olvidáramos por completo. Qué triste sería.
Pero si fuera homogéneo, si tuviéramos la gloria, el
éxito. ¿No sería la gloria del desprecio? Una especie de gloria religiosa y
sarcástica. También irónica, en tanto hueca, en tanto es lo contrario de lo que
dice, porque la alegría de vivir es máxima. Superior, sublime, alta,
subliminal, hiperbólica, biológica, desaforada, eufórica, peligrosa, muy
peligrosa. El adios al nomos.
En la antigua grecia se encontraron un filólogo y un
sofista. Ninguno de los dos abrió la boca. Un filósofo los ungía. Con el báculo
de Dionisos bateaba una piedra y la piedra caía en el lago. Se perdían en una
larga contemplación de la perfección del arco. En realidad, todos eran amigos
de la palabra, no hacía falta hablar.
La llegada de los bárbaros no sólo fue la de los
visigodos y demás en el imperio romano. Más todavía lo fue la irrupción de Roma
en el judaísmo ya helenizado. El contexto en donde nace el galileo fue una
especie de sumum filosófico, aunque atravesado por algo de recelo. El helenismo
respetó mucho más el culto judío y se nutrieron. El romano, avasalló y se
apoderó. El helenismo se fue desplazando poco a poco. Después, todo siguió
empeorando con el cristianismo. Bizancio los reunió a todos. Por suerte quedan
Platón y las escrituras, que nos hablan de historia.
La tradición en torno a Jesús es el camino. Hoy, no
tiene un solo seguidor.
En tiempos de Herodes Antipas, cuando Séforis era la
capital de Galilea, un griego hablaba a un grupo de constructores de esta
manera: si nos sacan la posibilidad de hacer estatuas, qué vamos a hacer de los
escultores. Llegó un hombre de Nazaret que tenía muchos seguidores y dijo:
hasta que no llegue Alub, dios va a seguir teniendo muchas caras.
Versículos horarios
Ayer a la noche pude
igual leer un poco del Jesús Histórico, de Theissen-Merz. Jesús dice que
parecen niños: les dieron jolgorio y se aburrieron, les dieron entierro y no se
lamentaron. Porque ahora dicen de Juan: no come ni bebe, y dicen que está endemoniado;
y dicen que como y bebo, para decir que soy borracho. Está en Mateo.
En realidad, estoy
tratando de recordar un sueño que apenas me levanté recordaba. Y otras cosas
como un pensamiento alubiano o una situación de un pasado que no existió.
Había pensado que
el padre le dice al niño que no puede dejarlo hacer lo que quiera sino hasta
que sea grande. Y que cuando sea grande no va a ser ni padre ni madre el que lo
impida sino él mismo. Que la libertad es muy relativa.
Jesús con los
herodianos. Jesús con los zebelotas.
¿Qé sería más
inspirado o divino? ¿Que hayan sido cuatro, o que uno sólo escribiera los
cuatro libros? Lo pienso a raiz de que me gustaría que los prodigios, en vez de
uno, sean cuatro. Que algunos pasajes se repiten y otros son propios de uno o
dos. Que los cuatro libros parezcan escritos por diferentes escritores, pero
con un estilo y una línea (o casi una) de mensaje. Tal como sucede con los
evangelios. ¿Hay ideal más alto para un escritor? Los personajes que entonces
crea no son los del texto, sino los que escriben el texto.
Ya termino, son las
6: 28
Sócrates
Estoy agostando,
como las viñas. Resurgiré en primavera y cada sarmiento dará su fruto, y la
gente festejará hasta emborracharse. Si es así, qué hay de malo en que la
metáfora esté tan trillada.
Las palabras no
sirven al hombre. No contienen el desapego de la realidad que necesita. Qué es
lo que necesitamos. Necesitamos olvidar que somos ínfimos, pensar que el final
es sublime, creer que la gloria eterna es nuestro destino. Mis palabras no
sirven a ese hombre. Pero algún día un hombre se servirá de ellas. La
resurrección es inevitable, como lo es todo cuando se ofrece la eternidad.
Ahora mis manos se
preocupan de forjar el bendito hierro y mi espíritu reconoce a Vulcano: la
chatarra habrá de salvarnos. Algún día, cuando todo parezca perdido en las
cómodas corrientes de la vanalidad, lo superficial, el mundo resurgirá de lo
que durante años fue considerado chatarra. Entonces, la creación, no el consumo
y la especulación, tomará su trono. Recién cuando el hombre retome a Sócrates
estará libre de toda verdad colectiva. Recién cuando comprenda como
Dostoievski, estará libre de todo prejuicio.
Que será del
progreso. El progreso aumentará su fuerza. Qué será del amor. El amor aumentará
su fuerza. Qué será de la justicia. La justicia será justicia. Pero ay de los
que quieren dominar, y ay de los que imponen, y ay de los prepotentes, porque
ellos nunca conocerán la esencia de la creación. Relegados, no encontrarán su
lugar en el mundo, como hoy no lo encuentran sus palabras. Ay de los orgullosos
y los vanidosos que no dan importancia a la creación sino que se dedican a
abusar de ella.
Ay de los
predicadores que definen a dios, ay de los que piensan que el que no piensa a
dios como lo piensa él es un ignorante, porque el porvenir se burlará de ellos
tal como se burla hoy del olimpo o de los mayas o de Odín. ¿Acaso no conocen la
condena de Sócrates? La expresión de dios es necesaria y natural al hombre. Lo
que nunca debe serlo es la condena o el desprecio del que no lo expresa con las
mismas herramientas.
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