lunes, 5 de noviembre de 2012

Dios vuelve a convertirse en un extraño hincha pelotas.


Cuando dios le dijo a Noe que construyera una barca y subiera con su esposa porque iba a inundarlo todo, Noe pensó en quejarse: Señor, que dijiste a Abrahán que matara a su hijo, y al final que no; que dijiste a Caín que matara a Abel, y Abel fue aniquilado, yo te pregunto: Cómo voy a hacer para no subir también a las otras. Pero dios no lo escuchaba. También pensó en construir un escondite en la barca y salvarlas del destrozo. Pero como dios estaba dentro suyo, ya se había enterado. ¡Ya era condenable! Tampoco construyó un compartimento para sus amantes. Así, Noe tuvo que conformarse con una mujer. Y así, la humanidad, pensó que estaba bien. Había pasado con Adán, y pasaría luego en Babel.

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