lunes, 5 de noviembre de 2012

Fragmento N


En verdad no se puede discutir con un hombre sabio, dijo Alub. Porque como sabe demasiado bien que es imposible saber algo, no discute, jamás entrega una opinión.
“Pero –preguntó el hombre-, saber eso, ¿no es saber algo?
Y Alub le dijo: Yo nunca dije que fuera un sabio.
Y dijo:
¿No veo, no toco, no oigo y no hablo? El verdadero sabio es ciego y sordo, no puede sentir nada ni con sus dedos ni con su lengua; y tampoco habla. La verdadera sabiduría está después de la muerte, en donde no hay nada, y en donde nadie ve, nadie toca, nadie escucha, nadie habla; en donde nadie es. 

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