Y sobre todo,
¿hay un tono?
¿Hay una voz,
como la voz aquella
que clama
en el desierto?
Son preguntas confusas:
Paradojas.
Metáforas bíblicas,
Escrituras.
Palabras, vida.
¿Hay un verbo?
Y, si hay,
¿puede ser escuchado?;
¿puede escuchar algo
como las patéticas
plegarias de un Job?
No puede.
Pero son metáforas bíblicas:
preguntas irresolutas,
preguntas del hombre,
cuestiones paradójicas.
Escrituras, palabras:
Vida.
La necesidad de decir
-“No es la carne”-;
y la necesidad
de ser escuchado.
Para ser “Yo”,
que
-en el hinduismo-
es lo mismo
que decir
Dios.
Y dice:
Upa, Nishad,
“aquella alma viviente
es reconocida
como la centésima parte
de la punta de un cabello…
dividido cien veces.
Y, sin embargo,
es infinito.”
Al menos, ellos saben
que hablan de lo mismo.
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