domingo, 16 de junio de 2013

Le mot



El duende está gritando en su cabeza, porque no sabe lo que hace. Y no sabe lo que quiere. Va doblando el cosmos, lo tuerce, sin romperlo. Hay una euforia que no deja de llamar y solamente mediante golpes continuos se va alejando. Golpear y golpear con ritmo. Como la música, no con puños. Se duerme, está en el aire. Se encadena y aplasta como la gravedad. Y es grave. Piensa tomar, piensa mover, piensa amar, piensa alejar. O piensa estrujar su cuerpo, moler la piedra, aplastar algo. Como una descarga a tierra, se va escurriendo la fuerza, golpeando las teclas, deshaciéndose del barro, comiendo la manzana. La palabra tiene que salir para ser palabra. Si la palabra no sale, el mar la engulle y las olas quedan secas, como de barro. La realidad es una metáfora de la filosofía; la filosofía: dios.

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