domingo, 16 de junio de 2013

Sócrates

Estoy agostando, como las viñas. Resurgiré en primavera y cada sarmiento dará su fruto, y la gente festejará hasta emborracharse. Si es así, qué hay de malo en que la metáfora esté tan trillada.
Las palabras no sirven al hombre. No contienen el desapego de la realidad que necesita. Qué es lo que necesitamos. Necesitamos olvidar que somos ínfimos, pensar que el final es sublime, creer que la gloria eterna es nuestro destino. Mis palabras no sirven a ese hombre. Pero algún día un hombre se servirá de ellas. La resurrección es inevitable, como lo es todo cuando se ofrece la eternidad.
Ahora mis manos se preocupan de forjar el bendito hierro y mi espíritu reconoce a Vulcano: la chatarra habrá de salvarnos. Algún día, cuando todo parezca perdido en las cómodas corrientes de la vanalidad, lo superficial, el mundo resurgirá de lo que durante años fue considerado chatarra. Entonces, la creación, no el consumo y la especulación, tomará su trono. Recién cuando el hombre retome a Sócrates estará libre de toda verdad colectiva. Recién cuando comprenda como Dostoievski, estará libre de todo prejuicio.
Que será del progreso. El progreso aumentará su fuerza. Qué será del amor. El amor aumentará su fuerza. Qué será de la justicia. La justicia será justicia. Pero ay de los que quieren dominar, y ay de los que imponen, y ay de los prepotentes, porque ellos nunca conocerán la esencia de la creación. Relegados, no encontrarán su lugar en el mundo, como hoy no lo encuentran sus palabras. Ay de los orgullosos y los vanidosos que no dan importancia a la creación sino que se dedican a abusar de ella.
Ay de los predicadores que definen a dios, ay de los que piensan que el que no piensa a dios como lo piensa él es un ignorante, porque el porvenir se burlará de ellos tal como se burla hoy del olimpo o de los mayas o de Odín. ¿Acaso no conocen la condena de Sócrates? La expresión de dios es necesaria y natural al hombre. Lo que nunca debe serlo es la condena o el desprecio del que no lo expresa con las mismas herramientas.



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