Hay niebla. Quedó la humedad del llanto. Espero que
hoy se termine el frente frío. No sé qué soñé. Un pueblo que era una familia.
Lleno de hermanos y hermanas que se miraban y se celaban. Dios piensa en lo
grande que se le hizo el mundo.
Jonás le dice: No podemos ni siquiera saber si la
meditación o la equitación hacen bien o si hacen mal. Porque hacen bien en
algunas cosas y mal en otras. A tal punto que la dualidad se hace una. Y lo uno
se hace dos. El bien y el mal son el todo; el todo, es el bien y el mal.
Alub se apoyó en el sauce para decir:
Si hablamos de todo, hablamos de todo. El más
sintético decir. Sin metáforas ni detalles innecesarios. Salvo uno: lo único
que no es parte del todo: la nada. Donde no es el bien, ni es el mal. Donde no
existe el todo, donde todo no existe.
Un título vale para aplicar a la nada: más allá del
bien y del mal.
Tratamos de buscar algo que nos contenga, y tendríamos
que hablar de algo que es ajeno, ni siquiera contenido, ni siquiera tocado.
Algo que no conocemos.
Deberíamos callar.
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